Superar la dependencia emocional

La dependencia emocional se puede presentar en cualquier clase de relación: de pareja, de amistad, familiar e, incluso, en las relaciones laborales.

Aun así, se suele asociar especialmente a las relaciones de pareja o relaciones no monógamas. Se puede decir que el número de personas implicadas en una relación no es lo más relevante, sino la forma como cada uno de los miembros se relaciona.

Sea cual sea el ámbito de tu vida en el que te encuentres, la dependencia emocional implica tener la necesidad constante de otras personas para tomar decisiones o sentir seguridad, así como miedo a quedarte solo, a no tener con quién compartir o no recibir aprobación cuando lo necesitas.

En el concepto de dependencia emocional, es muy importante tener en cuenta la idea de responsabilidad emocional. Esta se refiere a hacernos cargo de nuestras emociones o de nuestra respuesta emocional. Es el primer mecanismo para prevenir encontrarte en una relación en la cual sea otra persona la que se haga cargo de tus emociones: así es como tú podrás tener claras tus intenciones, objetivos y aspiraciones, a la vez que te permitirá saber que estás encontrando lo que tu realmente deseas en una relación.

Porque si tú no lo sabes, es posible que sea la otra persona quién lo decida en tu lugar.

• Quieres encajar con los demás o con lo que tú crees que los otros esperan de ti
• Tomas tus decisiones en función de la otra parte
• Tu estado anímico se ve condicionado la otra persona
• Sientes un miedo y sensación de alerta constantes por si se rompe la relación
• Permanentemente, evitas hacer o decir cosas que hagan sentir mal a la otra parte
• Condicionas cómo disfrutar de tu tiempo libre a factores externos

• Miedo a la soledad
• Baja autoestima
• Autoimagen negativa
• Idealizas o te comparas con las personas de tu entorno
• Inestabilidad en las relaciones personales
• Te haces responsable de la felicidad y cuidado de los demás

En el caso de las relaciones sentimentales, sean o no monógamas, puedes dejar de quedar con los amigos o los familiares, dejar tu tiempo libre para dedicarte a otra persona, … Incluso puedes dejar de lado aspiraciones y proyectos personales. Esto implica condicionar tu autonomía e independencia, lo cual implica depender de otra persona para sentirte bien o conseguir lo que te propones.

Otra de las consecuencias más comunes son los celos, puesto que se mantiene un miedo constante a que la otra persona pueda abandonarte o que pueda no valorarte lo suficiente.

La dependencia emocional, en cualquier ámbito, es una de las consecuencias de mantener una relación tóxica, en la cual se establecen patrones de relación abusivos. Estos patrones se pueden prevenir.

Conocerte bien a ti mismo es lo que te permitirá prevenir o identificar si te encuentras en una relación de pareja tóxica en la cual exista dependencia emocional.

Por eso, el trabajo se basa en potenciar la responsabilidad afectiva y emocional. Se trata de conseguir  establecer vínculos con otras personas que estén basados en un trato respetuoso, de igual a igual y sin asimetrías, en las que uno de los miembros tenga más poder que el otro. En estas relaciones existe empatía, asertividad, se respetan el espacio de la otra persona y sus emociones…

La persona que domina, lo puede hacer de forma más o menos consciente. Ten en cuenta que las dinámicas de la relación normalmente no se establecen de forma explícita, sino que se van desarrollando a partir de vuestra interacción.

Para evitar las relaciones tóxicas, es necesario conocerse bien a uno mismo, a la vez que tenemos claro qué esperamos de la persona con quien mantenemos una relación.

Para identificar y superar la dependencia emocional, busca la ayuda de un profesional de la psicología que esté colegiado en el Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya.

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