Como conseguir tus objetivos: una pregunta que cada cual puede responder según su experiencia. Todos posponemos ciertas cosas para mañana o para más adelante. Algunos más que otros y más o menos a menudo. Lo podemos hacer por falta de tiempo, de energía, porque no tenemos todo el que necesitamos para hacerlo, … Pero ¿qué pasa cuando no son más que excusas? Te explico cómo evitar convertirte en espectador de tu vida y como conseguir tus objetivos.
¿Te es difícil tomar decisiones? ¿Movilizarte para hacer aquello que dices que quieres hacer? ¿Te cuesta empezar y acabar lo que te propones? ¿Qué hay detrás de los motivos que te das por no hacer lo que te propones?
Ya lo haré mañana, hoy estoy cansada por el trabajo, me espero al fin de semana, ya encontraré el momento otro día, … O mejor … ya lo dejo para la semana próxima, es que me es imposible hacerlo ahora, dentro de unos días me pondré con toda mi energía y lo haré si o si, …
Y así, pueden ir pasando los días, las semanas, los meses, los años, … Y mientras aquello que te propones hacer sigue rondando por la cabeza, sigue siendo solo un conjunto de ideas e intenciones.
A esto se le dice procrastinar: aplazar, atrasar, posponer, demorar, …
Si te paras a pensarlo, pasa en todos los ámbitos de la vida: con decisiones personales, respecto la relación de pareja, familiares o amistades, proyectos laborales, …
A menudo posponemos porque preferimos hacer otras cosas que son más agradables. Para hacerlo, nos ponemos alguna excusa para justificar la decisión que tomamos: un domingo por la tarde, seguramente apetece más quedarse en el sofá con la mantita que montar aquella estantería que compraste hace unos meses. Cuando la ves, te dices: “Ya lo haré, que hoy me merezco descansar”.
Pero ¿qué pasa cuando aplazar las cosas para más adelante no te permite conseguir lo que te propones o conseguir un mayor bienestar? O ni siquiera te planteas como conseguir los objetivos que te propones.
Procrastinar muchas veces significa dejar de vivir la vida que tú quieres y como tú la quieres vivir. Implica no tomar la determinación de empezar a hacer aquello que tú quieres hacer para conseguir lo que te propones: finalizar con una relación de pareja que te está haciendo daño, no hacer un cambio de trabajo y limitar tu crecimiento profesional, decidirte a compartir con alguien de confianza que necesitas ayuda, …
¿Qué motivo no me permite activarme?
¿Dónde puede estar el origen de decidir atrasar la toma de decisiones y, de este modo, dejar de hacer esas cosas que no te aportan el bienestar que querrías? En parte, tiene que ver con la zona de habitualidad (que no de confort, te lo explico en este otro artículo).
Esta zona representa un espacio conocido para ti, en el que sabes como funcionan las cosas, cuando pasan y las consecuencias que tienen para ti y tu entorno. Pero, al mismo tiempo que te da comodidad, seguridad y predicción, no deja lugar para la improvisación, el crecimiento o la exploración de opciones alternativas a cómo pasan las cosas en tu vida.
Parece que hable de la zona de habitualidad como una trampa, pero nada más allá de la realidad. De una manera u otra, todos buscamos vivir la mayor parte del tiempo en esta zona. Es donde encontramos la rutina y la seguridad de saber que pasará a continuación respecto a lo que hacemos en el día a día. Pero, de vez en cuando, queremos añadir elementos nuevos, para hacerla crecer y adaptarla a aquello que sentimos que necesitamos y buscamos en la vida.
Cada vez que incorporas nuevos elementos, lo haces abriendo la puerta de esta zona y les encuentras un lugar. Hay veces que se hace de forma totalmente inconsciente, pero en otras ocasiones tienes que tomar la determinación de hacerlo. Un ejemplo es decidir hacer un cambio de trabajo o finalizar con una relación de pareja: te encuentras en una zona de habitualidad en que abres la puerta para permitir que se produzcan cambios y que se incorporen nuevos elementos. En estos ejemplos, serían una nueva etapa laboral y una nueva etapa personal sin pareja.
Qué superar para encontrar como conseguir tus objetivos
Frecuentemente, lo que dificulta dar estos pasos es el miedo a la incertidumbre, la falta de confianza en un mismo para afrontar un cambio o una crisis, centrarse en exceso en los aspectos negativos de la decisión, en lo que puedan pensar las personas de tu entorno, …
Y este miedo es legítimo, incluso es necesario y adaptativo. El miedo te permite pararte a pensar en las consecuencias que puede tener una decisión sobre ti mismo y en los demás. El miedo se convierte en un problema cuando te paraliza y limita tu crecimiento.
Otro aspecto que puede tener que ver con no tomar la determinación de hacer cambios, es que las personas tendemos a buscar la satisfacción inmediata. Es decir, que cuando nos proponemos hacer algo, lo que buscamos es ver cambios rápidos.
Piensa en el trabajo o cuando estudiabas: ¿había momentos en que te era difícil hacer determinadas cosas? Por ejemplo, hacer alguna tarea desagradable como llamar a un cliente gruñón o ponerte a estudiar para el examen de una asignatura que no soportabas. Cuando te pasa esto ¿qué haces? Seguramente escoges hacer alguna otra cosa más agradable o fácil, quizás mirar el móvil y escribir algún mensaje, arreglar u ordenar algo que podría esperar, … Es humano: nos atraen más las cosas fáciles y divertidas que aquellas que nos implican esfuerzo y sacrificio.
Pero la satisfacción inmediata no suele llevarnos a conseguir el que nos proponemos: tiene un regusto más amargo, puede haber culpabilidad, ansiedad o rabia.
Y es posible que cuando crees que estás haciendo lo que tienes que hacer, en realidad estés teniendo la sensación de no estar haciendo el que desearías estar haciendo: estar en el trabajo y pensar que te estás perdiendo mejorar tu carrera profesional. O estar abrazado en el sofá con tu pareja y pensar que ya no lo quieres, pero no sabes como poner fin a la relación. Por eso es tan importante que encuentres tu manera para saber como conseguir tus objetivos.
Para evitar encontrarte en estas situaciones, tienes que dejar de ser un espectador de tu vida y tomar decisiones para vivirla cómo tú la quieres vivir: identifica cuáles son tus deseos, de que te quieres desprender y que quieres mantener en tu vida, toma decisiones para hacerlo realidad y planifica para tener un orden y constancia (echa un vistazo al método Kaizen por saber como conseguir tus objetivos)
¡Pasa a la acción!
¿Hay algo que quieres hacer o cambiar desde hace tiempo, pero se queda en el terreno de las ideas y las intenciones? Encuentra el motivo por el cual te propones hacerlo, márcate un objetivo fácil de lograr a muy corto plazo y pone una fecha para conseguirlo. Ten siempre muy presente qué obtendrás cuando lo consigas.
