Seguro que te suena esta frase “si tú mismo no te quieres, no te podrá querer nadie”. O quizás sí que te querrán, pero cómo tiene que ser de difícil estar bien con la pareja, con la familia, los amigos o los compañeros de trabajo si tu autoestima está por los suelos. Te animo a hacer un repaso sobre el concepto y que pienses sobre cuál es el estado de la tuya para saber como mejorar tu autoestima.
¿Cómo te sientes contigo mismo? ¿Qué sentimientos experimentas respeto ti mismo? ¿Los comentarios positivos que te hacen los demás te hacen sentir mejor que los que te llamas tú misma? ¿Cómo crees que puedes mejorar tu autoestima?
La autoestima no es una cosa que se tenga o no se tenga. Se trata de desarrollarla y lograr determinado nivel, que puede ser más o menos elevado. Según el nivel en que se encuentre tu autoestima, te sentirás más o menos capaz de hacer las cosas que te propones, enfrentarte a retos o tomar decisiones que vayan a favor de tu bienestar.
Esto quiere decir que, aspectos como el autoconcepto o la autoconfianza, son directamente proporcionales a tu nivel de autoestima: si no crees en tu valía, no te creerás capaz de tomar una decisión, iniciar nuevas relaciones ni confiarás en ti misma para conseguir aquello que te propongas.
Por este motivo, atender la autoestima es un aspecto clave. Y no solo en las relaciones personales o en los objetivos que te plantees conseguir. Tu autoestima se pone en juego en todos los ámbitos de la vida, en todas las acciones que haces o dejas de hacer y atraviesa toda tu personalidad.
Se nutre de los sentimientos que experimentas sobre ti mismo, el concepto que tienes sobre tu propia valía y se basa en los pensamientos, sensaciones y experiencias que tienes sobre ti mismo. A la vez, atiende a tu propia imagen, el nivel de aceptación sobre ti mismo y el aprecio que te muestras.
¿Qué implica tener una autoestima alta o baja?
Así, es necesario trabajar para que la autoestima, pase lo que pase, se mantenga en un nivel que te permita ser feliz y hacer aquello que te propones en la vida. Esto quiere decir, que se tiene que construir en unas bases sólidas porque, independientemente de los resultados que obtengas y las situaciones en que te encuentres, puedas mantener la confianza en tus propias capacidades y el aprecio por ti mismo.
No se trata de ser siempre feliz, optimista o evitar el sufrimiento. Esto es cosa del pensamiento positivo, del que te hablo en otro artículo y suele tener más efectos negativos que positivos. Una autoestima alta significa poder gestionar las situaciones y regular las emociones de forma que te permitan conseguir lo que pretendes, protegerte y superar las trabas que te puedas encontrar.
Y es que la autoestima, igual que otros aspectos de la personalidad y nuestro propio entorno, fluctúa a lo largo de la vida en función de las experiencias y circunstancias que se dan en cada momento.
Pero, ¿qué implica un nivel de autoestima alta o baja? Te presento dos listados con aspectos que son característicos de una persona con una autoestima alta o baja. Léelos bien y piensa en cual de los dos te sientes más reconocida:
El primer listado:
- Evitas retos y situaciones nuevas
- Piensas que no puedes, que no sabes bastante o que no eres bastante válida
- Te cuesta dar tu opinión a otras personas
- Te es difícil aceptar críticas u opiniones de otros y las entiendes como ataques personales
- Experimentas sentimientos de culpa
Y aquí el segundo listado:
- Expresas tu opinión y no evitas saber la opinión de las otras personas sobre ti
- Aceptas y buscas retos sin miedo
- Pides ayuda a otras personas cuando crees que lo necesitas
- Expresas tus emociones cuando lo crees necesario
- Identificas tus puntos fuertes y los haces valer
¿Cuál es el listado en el que te has encontrado más identificado? El primero corresponde a un bajo nivel de autoestima y el segundo a un nivel alto de autoestima. Son solo algunas ideas, por el que es posible que mientras leías, te vinieran otras ideas a la cabeza que también podrías situar en un listado u otro.
¿Cómo mejorar la autoestima?
El primero, es que dediques tiempo a conocerte a ti mismo. Esto quiere decir que identifiques y reconozcas tus capacidades, cualidades y debilidades. Para hacerlo, tienes que observarte a ti misma, revisar tu biografía (qué has conseguido, como lo has hecho, cuál es tu historia de aprendizaje, …) y atender a tus sentimientos.
El segundo, es aceptarte: huye de la idea de perfección y acepta los aspectos que más y menos te gustan, siempre que no te limiten para avanzar en la vida. Siempre se puede mejorar, pero tienes que tener claros los motivos que te llevan a plantearte un cambio y que tengan que ver contigo, no con la presión del entorno. La regulación emocional en este aspecto será clave.
Y por último: respétate a ti mismo. Encuentra la coherencia entre tus propios valores y creencias, independientemente de lo que tu entorno espere de ti. Hacer valer tus propios límites, valores y creencias, de manera honesta, clara y firme. Si te respetas, podrás hacerte respetar en la relación con los otros. Ten una idea muy clara: tu autoestima, depende solo de ti, eres la única persona responsable de ella.
Un error común es basarla en la valoración que los otros puedan hacer sobre ti: te puede gustar que te reconozcan el trabajo, que te halaguen, que te feliciten, … pero no se debes basarla solo en esto. El valor que le es tu misma, es el que tendrá siempre mayor peso en tu autoestima y es el que determinará su nivel.
Por eso, revisa si en tu caso se están dando los tres aspectos clave de los cuales te he hablado. ¿Cómo lo ves?
La autoestima es la fuente fundamental para hacer frente a los retos y conseguir los objetivos que te plantees, sean pequeños o grandes.
Un nivel de autoestima bajo puede limitarte a la hora de vivir la vida que tú quieres vivir y llegar a hacerte pensar que no mereces ser feliz o conseguir el que te propones. Por eso es esencial dedicarte tiempo, conocerte a fondo y clarificar el concepto que tienes de ti mismo aceptando tus capacidades y debilidades.
Así sabrás como mejorar tu autoestima para poder relacionarte y encontrar un lugar en tu mundo, haciéndote respetar por tu entorno y por ti misma
¡Pasa a la acción!
Piensa en una situación en la que te planteaste conseguir algo. ¿Salió como querías o no? Cuando te propones hacer algo y no sale como tú querrías, ¿qué mensajes te das? ¿Valoras la dificultad, las capacidades que tenías para hacer el que te proponías, … o tiendes a cuestionar tu valía personal en general? Y cuando algo te sale bien, ¿qué mensajes te das?