Como mejorar la inseguridad

La inseguridad es la falta de seguridad y confianza en uno mismo, y por eso se puede afirmar que la inseguridad es el resultado de la valoración que haces sobre tus capacidades y posibilidades a la hora de gestionar las situaciones y relaciones personales.

Está claro que no todos somos capaces de todo. Y este es un pensamiento realista y sano para ti. El problema surge en el momento en el cual tu autoevaluación es siempre negativa y sesgada, dejando de banda tus capacidades.

En realidad, la inseguridad comparte muchos aspectos presentes en la emoción del miedo. Se podría decir que es la consecuencia del miedo. Esta es una emoción básica y justamente, por ser básica, es necesaria en nuestra vida. Sin el miedo, seríamos temerarios, no pensaríamos en los riesgos que implican nuestras decisiones y acciones, no nos apartaríamos de los peligros, no detectaríamos aquellas personas que nos quieren hacer daño…,

El miedo hace que nos apartemos, que nos retiremos de las situaciones negativas y que evitamos ponernos en contacto con la fuente que nos genera genera esta emoción.

Esta emoción se puede activar de forma instintiva o por el aprendizaje. Por ejemplo, cuando de repente sientes un golpe muy fuerte, instintivamente te pones en alerta, buscas de donde proviene, te tapas la cabeza o encoges los hombros…. Pero también se activa en función de tus experiencias, tus pensamientos y tu situación personal.

Y el momento en el cual se activa la inseguridad es cuando valoras las situaciones y relaciones personales a partir del filtro del miedo, sin más, dejándolo gobernar y permitiendo que deje de lado tener en cuenta tus capacidades reales.

• Eres una persona perfeccionista
• Quieres dar una imagen de corrección o perfección constantes
• Baja autoestima
• Pautas educativas estrictas con poca o nula gestión emocional
• Necesidad de control
• Tendencia a la evitación de los conflictos
• Baja autoconfianza
• Dependencia emocional

La inseguridad es una emoción. Una persona no es o deja de ser insegura, sino que siente o no siente inseguridad. Esto es importante que lo tengas claro, porque sentir inseguridad implicará que seguro que existen aspectos de tu vida en los cuales sientes seguridad.

Sentir inseguridad es lícito y necesario en la vida, pero el peligro se encuentra en el momento en el que asume un papel sobreprotector y te impone limitaciones, generándote inseguridad, bloqueándote a la hora de moverte hacia aquello que realmente quieres hacer o conseguir, te desequilibra, te hace centrar la mirada solo en aspectos negativos o hace que los sobredimensiones….

Para gestionarla, es necesario que identifiques en qué momentos aparece. Seguramente hay situaciones en las cuales lo ves todo muy claro, pero otros en los que es más sutil, menos visible o no la identificas. Por eso, hay que atender aquellos momentos en los cuales sientas que algo no va bien, que no encaja o te hace plantear demasiadas dudas.

Sostenida en el tiempo, la inseguridad va deteriorando tu autoconcepto y, como consecuencia, hace que tu autoestima quede resentida y disminuya.

A la vez, produce miedo y malestar frente determinadas situaciones y, como piensas que no serás capaz, te sentirás inseguro.

Se convierte en un problema cuando la inseguridad no te permite desarrollarte en tu vida cotidiana, cuando no te permite establecer compromisos o perseguir tus objetivos. O bien, cuando sientes que tienes demasiado en cuenta y te dejes llevar por la opinión que tengan los demás.

La inseguridad se convertirá en una dificultad en función de aquello que hagas con ella, del poder que le des para decidir sobre tu comportamiento. Por eso, hay que identificar sus bases para aprender a gestionarla, como parte de la regulación emocional.

El tratamiento de la inseguridad empieza por una revisión de tus valores y creencias, así como del concepto que tienes de ti mismo.

Es esencial que los niveles de inseguridad sean coherentes con tus posibilidades reales.

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