Las relaciones no monógamas son una opción alternativa a la monogamia. Implican compartir con alguien más que la pareja la afectividad, la sexualidad o ambas a la vez. Hay múltiples formas y opciones de entender el amor y las relaciones sexuales y afectivas, más de las que hemos aprendido desde pequeños.
¿Cómo entiendes tú las relaciones y el amor? ¿De qué manera amas a la persona con quien compartes tu relación sexual y afectiva? ¿Lo haces como toca hacerlo o lo haces como tú has decidido hacerlo? ¿Qué significa para ti encontrar la media naranja?
Hemos crecido en un entorno en que las relaciones monógamas han estado y todavía son la norma. Lo tenemos incorporado en nuestro sistema de valores: la manera como nos relacionamos, las expectativas que depositamos sobre la otra persona y como entendemos la relación en su conjunto, son fruto de su construcción. Nos han enseñado a buscar una pareja, que la relación sea estable, vivir con esta, formar una familia…¡Y que dure por toda la vida!
Como ya te expliqué en “Tus valores fundamentales. Conoce cuáles son“, actuar y funcionar en contra de tus valores o de una manera poco coherente, puede conducir a experimentar malestar. En el caso de las relaciones afectivas y sexuales, puedes llegar a perder interés por la pareja, no encontrar la manera de activar y aumentar tu deseo sexual o no acabar de estar a gusto con tus parejas o compañeros sexuales.
No todo tiene que ver con la monogamia o la no monogamia, pero es una de las posibilidades a tener en cuenta si no encuentras una respuesta en las preguntas sobre tus relaciones.
Tú, yo… y otros
La monogamia es una relación entre dos personas. Esta unión se basa en los principios de exclusividad y de posesión: se trata de una relación de dos personas, que se pertenecen. Tú eres mi pareja y yo soy la tuya.
Esto recuerda al mito de la media naranja: cada persona es representada por una mitad y busca la otra mitad para formar una naranja. Una vez encontrada, la naranja es completa y se crea un sistema cerrado: las relaciones afectivas y sexuales son exclusivas entre los dos miembros, que por fin están completos gracias al otro.
A partir de aquí, se espera que la relación de pareja nos aporte una serie de cosas a través de la relación, como son amor, atención, ternura, compromiso, sexo, pasión, seguridad, apoyo, comprensión, estabilidad, … Y en un principio, estamos dispuestos a ofrecerlo.
Por lo tanto, se determina que hay un “tú” y un “yo”. Puede haber un “otro”, pero sin acuerdo ni consentimiento: una infidelidad. En las relaciones no monógamas, aparte del “tú” y el”yo”, se consensúa y acepta de manera consciente y libre que hay o puede haber un “otro” u”otros”.
Pero si la construcción de la relación se basa en la exclusividad y posesión: ¿dónde queda la responsabilidad afectiva y emocional y sexual? En el momento en que esperamos que sea la otra persona quién nos complete, nos aporte o nos cubra determinadas necesidades, estamos hablando de unas bases diferentes. Por eso es tan importante atender a la manera como establecemos relaciones y las expectativas que ponemos en ellas (aquí te hablo sobre la relación de pareja ideal).
Ideas y opiniones sobre las relaciones no monógamas
Hoy en día, las relaciones no monógamas generan curiosidad y recelo a partes iguales. Hay quién se acerca para conocerlas con curiosidad y con ganas de aprender sobre otras maneras de amar y ser amado y, otros, que lo hacen con cierto recelo o para reafirmar su convicción en la monogamia.
En ambos casos, hay ciertas ideas que se repiten. Aquí te presento las más comunes:
- No se aman bastante si necesitan otras personas fuera de la relación. El mito de la media naranja nos dice que solo nos puede atraer o podemos desear a nuestra media naranja. Pero nada más allá de la realidad: estar en pareja no significa dejar de sentir atracción, amor o deseo hacia otras personas.
- Tienen miedo al compromiso: la monogamia determina que solo nos podemos comprometer con una persona. Pero, ¿Qué significa compromiso? ¿Compartir un proyecto y objetivos comunes o renunciar a los individuales?
- Son una forma de infidelidad consentida. Se piensa que una persona pertenece a la otra y se da permiso para mantener relaciones con otras personas. En realidad, mantener relaciones sexuales o afectivas fuera de la idea de pareja monógama, es el resultado de un proceso de comunicación y consenso en que se toman decisiones de manera libre, lejos de la idea de permiso o posesión del otro.
- En las relaciones no monógamas todo vale. Sería más adecuado decir que en las relaciones no monógamas todo se habla, se decide de manera consciente y los límites y posibilidades están claros y son explícitos.
Algunos tipos de relaciones no monógamas
En las relaciones monógamas se mantiene la exclusividad afectiva y sexual, mientras que en las no monógamas esta exclusividad es más flexible según el tipo de relación que se establezca en base en los acuerdos de quienes las integran. Aquí tienes algunas de ellas. No pretendo ser exhaustiva, solo acercar algunas ideas básicas!:
- Relaciones abiertas: se rompe la exclusividad sexual, pero se mantiene la afectiva. Las personas que forman la relación pueden mantener relaciones sexuales con otras personas sin la presencia del otro miembro.
- Swingers: se rompe la exclusividad sexual, pero se mantiene la afectiva. La idea principal es el intercambio de parejas: una pareja queda con una o más parejas y mantienen relaciones sexuales entre ellos. Pueden incorporar elementos de las relaciones abiertas.
- Poliamor: se puede romper la exclusividad sexual, afectiva o ambas a la vez. Dependerá de los pactos que se establezcan, pudiendo formar una relación jerárquica, no jerárquica, …
- Anarquía relacional: se suele confundir con el poliamor, pero en este caso no existen jerarquías ni etiquetas. Cada relación es única
- Poligamia: tiene una base más cultural o religiosa y en ciertos países tienen reconocimiento legal, pudiendo constituir matrimonios. Puede ser un hombre con varias mujeres o una mujer con varios hombres. Existe exclusividad emocional y afectiva.
A pesar de la definición de unas y otras sobre que hacen o dejan de hacer, lo más importante es atender a los mecanismos o procesos a partir de los cuales construyen sus relaciones. Es decir, los pactos, acuerdos, límites, excepciones… que se hacen explícitos para conseguir aquello que se proponen cuando deciden compartir tiempos, espacios y experiencias con otras personas. La asertividad y asertividad sexual son claves en este aspecto.
Revisar la manera que cada cual de nosotros tiene de entender las relaciones, saber si coincide con la manera que mejor nos hace sentir y si cumple con las expectativas que nos marcamos. Es decir: si es coherente con nuestro propio sistema de valores que es el que fundamenta nuestra idea de las relaciones afectivas y sexuales.
Ninguna opción es mejor que otra. Aquello que lo determinará es que entiendes tú por relación afectiva y sexual, que esperas de esta relación, qué puedes aportar a la relación, …
Establecemos las relaciones en función de nuestra orientación sexual y según cómo nos sentimos y hacia quién lo sentimos. Tenemos que evitar perdernos en etiquetas, a pesar de que estas nos pueden ayudar a conocer otras posibilidades que, a la vez, nos pueden abrir nuevas perspectivas.
¡Pasa a la acción!
Identifica 5 aspectos que esperas que te aporte una relación afectiva y sexual, sea monógama o no monógama. Ahora piensa en lo que aporta la exclusividad afectiva y sexual y en lo que aporta a una relación la responsabilidad afectiva, emocional y sexual. ¿Qué diferencias hay entre ellos? ¿Qué relación encuentras con los aspectos que has detallado en primer lugar?