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Kintsugi para reparar heridas: el arte de superarlas


Judith Gallego - 2022 - 0 comments



El Kintsugi para reparar heridas. Es una técnica japonesa centenaria que consiste en reparar con oro las piezas de cerámica que se han roto o les han surgido grietas. Es una manera de entender la cómo superamos un desenamoramiento, cuando nos “rompen el corazón” o nos sentimos traicionados en una relación.


¿Alguna vez te has sentido roto? ¿Ha sido cuando mantenías una relación de pareja? ¿Cómo has encontrado la manera de recomponerte para seguir adelante? ¿Qué cosas han cambiado en ti?

En la vida pasamos por instantes muy buenos, satisfactorios y realmente increíbles. La vida puede estar llena de regalos y nos da multitud de oportunidades entre las que escoger para disfrutar y vivir de la mejor manera posible.

Pero la otra cara de la moneda también la vivimos. Es cuando no tenemos el que esperamos, cuando nos traicionan, nos dejan solos o no recibimos lo que esperábamos. Las heridas pueden ser repentinas o ser pequeñas heridas que van calando despacio hasta que el malestar empieza a hacerse cada vez más visible.

Cuando algo se rompe

Una infidelidad, una relación en que lo das todo y no recibes aquello que crees que mereces recibir, una rotura de los pactos de la relación de pareja, … pero también pasa con la muerte de una persona querida, una relación de amistad, con la familia, …

En el momento en que la herida es muy grande y dolorosa, parece difícil poder recomponerse. Pero debes dejar espacio al tiempo, a la recuperación y para poder hacer una revisión de lo que te ha pasado, sobre como te encuentras en el momento actual y como te proyectes en un futuro. Concretamente sobre las relaciones de pareja, te hablo de las relaciones liana, que son justamente lo contrario a esto.

Recuerda ser amable contigo misma: la exigencia y hacerte reproches por lo que hayas podido hacer o dejar de hacer o, incluso, atribuirte la responsabilidad de aquello que han hecho los demás, no te aportará nada de positivo.

Kintsugi para reparar heridas

Kintsugi l’art de superar les ferides

Lo Kintsugi es una técnica japonesa con la cual se puede hacer un símil con la reparación personal y emocional. Esta técnica propone que, cuando se rompe o se hacen grietas en una figura de cerámica, se puede reparar rellenando las grietas con oro. Busca que las grietas destaquen y a la vez, que la pieza aguante con fuerza y tenga más valor.

Sea por una rotura o por una herida, la reparación con oro hace aumentar su valor. En el caso de la reparación personal y emocional, este oro es el aprendizaje que obtienes de las situaciones adversas y la demostración de cómo siempre podemos salir reforzados.

Aquí es donde quería llegar: las situaciones, rupturas, traiciones, dolores… se pueden superar. Pero no se trata de pasar página como te diría el pensamiento positivo. Se trata de reparar, de reconstruir… Y para poder hacerlo, hay que atender a las heridas y encontrar tu mejor manera de repararlas.

Y el oro en el Kintsugi representa tu historia en relación a lo que te ha pasado: cada hecho que nos sucede en la vida es un aprendizaje. Nos hace crecer. Por este motivo, cuando una cosa se rompe y se repara, es más preciada. Tiene un valor más alto.

Sin nuestras experiencias no seríamos las personas que somos hoy en día. Somos aquello que vamos aprendiendo a lo largo de la vida lo que nos lleva a ser cómo somos, a hacer las cosas que hacemos, a tomar las decisiones que tomamos. Entender que pasamos y debemos seguir pasando por situaciones que nos pueden hacer daño, es una manera de afrontar el día a día mucho más sana que vivir pensando que el mundo es ideal y perfecto.

Es una manera de entender que, a pesar del daño sufrido, se pueden cerrar las cicatrices de una manera bella y fuerte. En lugar de esconder tu historia, resalta tu valentía, tu fortaleza. Es lo que representa el oro en las piezas de cerámica japonesas reparadas con esta técnica. Así, el Kintsugi repara las heridas.

Ten en cuenta que la reparación de las heridas no sale de la nada. Cómo te he dicho, dejar pasar las cosas no es la mejor opción, porque tarde o temprano acabarán llamándote a la puerta en forma de recuerdo de esta situación, malas sensaciones, emociones que no sabes por qué aparecen… Por eso es importante afrontar las situaciones cuando se dan, con el tiempo que necesites, buscando ayuda para poderlo gestionar si es necesario.

Aquí la manera como gestiones tus emociones tendrá un papel fundamental. Si te detienes a comprender qué te están indicando, como te hacen sentir, qué te quieren llevar a hacer… Podrás gestionar esta herida de manera muy diferente a si evitas la experiencia.

Dedica tiempo y esfuerzo. Kintsugi para reparar las heridas

Kintsugi l’art de superar les ferides

Pero es humano: las personas no queremos sentir malestar, angustia… tendemos a buscar todo lo contrario: el bienestar. Por eso a menudo la primera reacción es querer dejar pasar, no dar importancia o desviar la atención. Pero las emociones están allí. Y si no les haces caso a la primera, seguramente se harán notar más adelante.

Sino, piensa: ¿te ha pasado alguna vez que estás discutiendo con tu pareja, amigos, familiares… sobre un tema y, de repente, te viene a la cabeza un tema del pasado que influye en lo que estáis hablando en aquel momento? Por ejemplo, imagina que en el pasado en tu relación ha habido una infidelidad por parte de tu pareja. Lo arreglasteis y decidisteis continuar con vuestra relación. Pero cuando discutís te invade una sensación de calor y nerviosismo, te aceleras cuando hablas y te cuesta escuchar a la otra persona porque te vienen a la cabeza las discusiones que tuvisteis en el pasado por este tema.

¿Qué ha pasado aquí? Pues que las heridas no se han curado. Es posible que algunas si, la principal quizás, pero las grietas que se formaron a su alrededor todavía siguen sin estar del todo cubiertas.

El Kintsugi para reparar heridas acaba siendo una filosofía de vida: de las adversidades y los errores que podamos cometer en algún momento de la vida, nos podemos recuperar y convivir con las cicatrices. Cada uno tiene sus estrategias, sensibilidad o manera de llevar estas heridas.

No hay una manera mejor que la otra. Independientemente de esto, lo más saludable es que aceptes que existen y que te aportan un aprendizaje.


¡Pasa a la acción!


Recuerda momentos de tu vida en que te hayan pasado cosas o te hayas encontrado en situaciones en que creas que te han “roto”. ¿Te has vuelto a encontrar con alguna situación igual o similar? ¿Crees que tus cicatrices te han ayudado a responder de una manera diferente o han tenido alguna influencia en tu respuesta?


 

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