El lenguaje corporal comunica, a ti y al entorno. Las palabras son importantes en la comunicación con los demás y con un mismo, pero frecuentemente nos olvidamos de la parte no verbal. Es una parte fundamental de la comunicación y la postura, el tono de voz, la mirada… Pueden hablar y decir más que las mismas palabras.
¿Sabes cómo es la posición de tu cuerpo cuando estás cansada, nerviosa o triste? ¿Cómo es la posición de tu cuerpo cuando estás hablando con alguien que te impone o te pone nervioso? Cuando estás con alguien de confianza con quien te sientes a gusto ¿cómo es tu posición corporal?
El lenguaje corporal y la conciencia corporal van de la mano. El lenguaje corporal son los mensajes que la persona o personas con quienes interaccionas, captan a través del lenguaje no verbal que tú emites. Por ejemplo, si estás hablando con alguien y estás moviendo la pierna repetidamente, puede significar que estás nervioso, inquieto, … Bien por la situación o por otra cosa que tienes en mente.
El otro concepto, la conciencia corporal, tiene que ver con dos aspectos. El primero es ser consciente de lo que tú comunicas con tu cuerpo. En el ejemplo que te he puesto, es saber que el movimiento repetitivo con la pierna puede interferir en la comunicación o hacer llegar un mensaje que no es el que pretendes. El segundo, es que aquello que tú haces con tu cuerpo, te está comunicando a ti mismo e influye en tus emociones. Por lo tanto, influye en tu comportamiento, en lo que piensas y en las relaciones con los demás.
Lenguaje corporal, emociones i consciencia corporal
Este segundo concepto, se refiere a que las emociones y los pensamientos que tenemos pueden marcar nuestra postura. Y puede pasar al revés, que la postura pueda determinar tus emociones y pensamientos. Una postura corporal en la cual tienes los hombros encogidos, agachas la cabeza y bajas la mirada, puede comunicar inseguridad. Puede ser porque tú te sientes insegura y adoptas esta postura. O bien, que adoptes esta postura y te genere sensación de inseguridad o indefensión.
Por eso, tan importante es atender las emociones como atender a nuestro cuerpo: a su posición, postura, gestos, intensidades, puntos de tensión, de dolor, de temperatura… Es importante porque comunica estados de ánimo y pensamientos de los cuales quizás no eres plenamente consciente.
Siguiendo con el ejemplo anterior, puede ser que el movimiento repetitivo de la pierna sea una cosa que siempre has hecho cuando hablas con alguien. O quizás es una reacción que tienes cuando algo te preocupa, tienes prisa o no te sientes cómodo.
Piensa en estas situaciones: trabajar ante el ordenador con la frente arrugada y los hombros y espalda curvadas, tensar la mandíbula, dejar el abdominal flojo y dejarte caer hacia adelante, tener el gesto de los labios encorvado hacia abajo, cruzar los brazos o las piernas o todos a la vez, hacer temblar las piernas o comerte las uñas, mirar al suelo cuando andas… ¿Te identificas con alguna?
Tu cuerpo comunica a los demás y a ti
Atender a tus reacciones corporales, es conocer tu lenguaje corporal. Qué comunicas a los demás. Y la conciencia corporal te permite saber qué estás comunicando, como y para que, teniendo claras las implicaciones que tiene para ti.
Si cuando tu pareja o tu jefe te dice que quiere hablar contigo te tensas y pones el cuerpo en alerta: ¿qué te está diciendo esta reacción? O si estáis discutiendo y te encoges, evitas mirar a los ojos… ¿Cómo te está haciendo sentir esta situación?
El lenguaje corporal es parte de la comunicación no verbal y es igual de importante que la verbal: lo que decimos con palabras y lo que decimos con el cuerpo tiene que tener el mismo peso, pero a menudo no les damos la misma importancia.
La coherencia en la comunicación es una parte esencial de las relaciones. Comunicar aquello que quieres comunicar y que llegue el mensaje correcto, no siempre es fácil. A menudo recae en la otra parte y en esto poca cosa podrás hacer, más que mirar de hacerte entender lo mejor posible. Pero sí depende de ti los mensajes que das, lo que tiene que ver con la responsabilidad afectiva y emocional.
La autoestima y la autoconfianza tienen un papel fundamental en la conciencia corporal. Son conceptos que tratan sobre cómo te ves y el nivel de aprecio y confianza en ti mismo. Por eso, si sus niveles son bajos, seguramente repercutirá en la manera como comunicas corporalmente.
La vida no solo es cuestión de actitud
La actitud que tenemos frente a la vida tiene que ver con tu mente y con tu cuerpo. Tienes que identificar qué te dice el cuerpo, qué te está indicando. Donde está poniendo la atención.
La intención no es tanto animarte a cambiar comportamiento o reacciones, sino que tomes conciencia de los motivos por los cuales adoptas determinados comportamientos o movimientos, qué te aporta hacer o dejar de hacer determinado comportamiento, qué puede implicar en la comunicación con los demás…, Y muy importante: de qué manera puede influir en ti emocionalmente, la influencia que puede tener en tu autoestima y autoconfianza.
Desde el pensamiento positivo, se anima mucho a cambiar el lenguaje corporal para estar mejor. Son comentarios del tipo “ve con la cabeza bien alta por la vida”, “arréglate y sal a la calle”, “cómprate algo bonito y ya verás como te sentirás mejor”… Estos mensajes son muy peligrosos, porque el bienestar emocional no se consigue simplemente levantando la cabeza, poniéndote capas o haciendo un cambio de comportamiento puntual.
El bienestar emocional se consigue escuchando y atendiendo a tus emociones. En ningún caso es recomendable evitarlas o bloquearlas, porque es evitar afrontar una señal que te están dando las emociones.
La expresión corporal influye de manera determinante en tu estado de ánimo y en tus pensamientos. No se trata de evitar experimentar sensaciones negativas, sino de ser consciente de ellas. Atender a aquello que te comunica el cuerpo y las repercusiones que tiene sobre ti.
Solo si identificas y comprendes los mensajes que te das y los que das a los demás, podrás saber si son los adecuados y si son coherentes contigo. Conectarás contigo mismo para regular y gestionar tus emociones para potenciar tu bienestar.
¡Pasa a la acción!
¿Qué te hace pensar la chica de la foto? ¿Te atreves a definir su estado emocional? ¿Te parece coherente lo que transmite con el lenguaje no verbal y el mensaje “I hate Monday” (odio el lunes)? ¿Te ha pasado alguna vez que sientes una emoción pero expresas otra?
