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Hacer realidad fantasías sexuales ¿Por donde empezar?


Judith Gallego - 2022 - 0 comments



Hacer realidad las fantasías sexuales es una opción. O bien se pueden quedar al terreno de la imaginación y en la intimidad de tu mente. Sea cual sea tu decisión, te servirán para explorar tu sexualidad y potenciar tu erotismo, a la vez que pueden ser un campo de pruebas para aquellas cosas que querrías hacer, pero no te acabas de atrever a hacerlas en el plano real


¿Tu vida sexual es muy diferente de la que te muestran y proponen tus fantasías sexuales? ¿Hay algo que a menudo está presente en tus fantasías sexuales y querrías probar de pasarlo a la realidad? ¿Compartes con tu pareja o compañeros sexuales tus fantasías sexuales?

Las fantasías sexuales son representaciones e imágenes que se generan en la mente. Su contenido puede tener que ver con aspectos que deseamos respecto a la sexualidad, pueden ser hechas por nosotros mismos de manera intencionada o surgir de manera espontánea, en cualquier momento y lugar donde estemos, independientemente de si estamos en el supermercado haciendo la compra o manteniendo relaciones sexuales.

Dicen mucho de tu propia sexualidad. Por este motivo es importante atender a su contenido, a los pensamientos que nos provocan, la manera como nos hacen reaccionar y lo que experimentamos emocionalmente. Esto nos puede ayudar a saber qué hacer con ellas: mantenerlas como pensamientos para pensar sobre ellas cuando nos apetezca, para acompañarnos en la masturbación o mientras mantenemos relaciones con la pareja o compañeros sexuales o bien, hacerlas realidad.

Tres consejos para hacer realidad las fantasías sexuales

Passa les fantasies sexuals al pla real

En cualquier caso, tanto si quieres hacer realidad las fantasías sexuales como si quieres recurrir a ellas cuando mantienes relaciones sexuales, una de las claves está en si lo haces cuando estás a solas o en compañía. En el supuesto de que quieras implicar a otras personas en tus fantasías sexuales, tienes tres opciones: recurrir a ellas sin compartirlas, compartirlas y no llevarlas a cabo y, por último, compartirlas para llevarlas a cabo.

Respecto a la primera opción, hay estudios que demuestran que la mayoría recurrimos a las fantasías sexuales para excitarnos, para aumentar y para alimentar el deseo sexual. Incluso señalan que durante la actividad sexual se tienen presentes, tengan o no relación con la persona con quien estamos en aquel momento. Así, es muy común recurrir a fantasías sexuales sin compartirlas: cada cual puede tener las suyas y utilizarlas para aumentar el deseo sexual y la excitación, previamente a la actividad o durante esta. Lo cierto es que esta opción es un tabú mucho más generalizado de lo que pensamos y a menudo se eleva a la categoría de infidelidad.

La segunda opción, es compartirlas y no llevarlas a cabo. Esto significa que, con la persona con quien mantienes una relación sexual del tipo que sea, hay un espacio de confianza para expresar y compartir los contenidos de tus propias fantasías sexuales. O dicho de otro modo, compartir aquello que genera excitación, pudiendo usar tu propio relato de la fantasía sexual como herramienta para potenciar el deseo sexual. El lenguaje y lo que puede evocar el hecho de hablar y compartir el contenido de las fantasías sexuales, ya puede ser suficientemente potente para generar excitación. Esto hace que no siempre sea necesario llevarlas a cabo. En este caso, pueden formar parte de los “mal llamados” juegos preliminares.

La última opción es compartirlas y llevarlas a cabo. Puede surgir como una propuesta, como un acuerdo, una petición, una construcción conjunta de que se hará, como, cuando y con quién. Decirle a tu pareja o compañero sexual que hay una cosa que te gustaría probar, que te has imaginado haciendo ciertas prácticas de maneras que nunca habéis hecho, … Puede ser una invitación para explorar más allá de lo que ya conocéis de cada uno de vosotros.

¿Qué necesitas para hacerlas realidad?

Es necesario tener confianza con la persona con quien lo quieres compartir y saber comunicar en función de tus necesidades y deseos. Por eso, la asertividad sexual es clave. Es lo que te permitirá expresarte de manera clara y empática con la otra persona, hacerle saber que esperas de las relaciones sexuales y la sexualidad cuando la compartes y, a partir de aquí, poder introducir las propuestas concretas en que derivan las fantasías sexuales. Así podréis negociar e incorporarlas a vuestras relaciones sexuales, como parte de vuestra intimidad.

Passa les fantasies sexuals al pla real

Es cierto que hay fantasías difíciles de llevar a la realidad: te puedes haber montado toda una aventura sexual con una persona famosa y tu pareja, pero es muy difícil que esta persona famosa esté disponible. Pero se pueden adaptar a vuestra realidad: podéis hacer lo mismo que haríais con él con otra persona, pactando un role-playing, explicando qué esperas que pase y cuando, que quieres que haga, que quieres evitar, … Una gran parte de la satisfacción sexual depende de la comunicación asertiva, la intimidad y la conexión. Y compartir las fantasías sexuales en este nivel es una de las prácticas que las engloba a todas.

En todo caso, recuerda que tú eres responsable de tu sexualidad, pero esto no impide el hecho de tener en cuenta las personas con quienes la compartes o que pueden estar implicadas de forma más o menos directa.

Comunicar, expresar y compartir con las parejas sexuales es el primer paso para hacer realidad las fantasías sexuales y disfrutar de tu sexualidad. Pero también para poder pactar lo que se espera de la relación, que se quiere experimentar y como, así como determinar los límites personales y atender a los de los demás. Solo así podrás disfrutar realmente de la sexualidad y las relaciones sexuales.

La imaginación en los humanos no tiene límites y las fantasías sexuales surgen de esta fuente inagotable de recursos. Las personas nos retroalimentamos por infinitos estímulos y, si nos mostramos receptivos y aceptamos las influencias que recibimos, nuestra sexualidad se enriquecerá.

Está claro que hemos crecido en una sociedad en la que la sexualidad se entiende de una manera muy cerrada, tradicional y privada (dos personas que mantienen relaciones sexuales con penetración, en la más estricta intimidad). Pero ¿qué pasa con aquello que nos pueden estar diciendo las fantasías sexuales? ¿Hacia dónde pueden estar orientando el deseo sexual?


¡Pasa a la acción!


Recuerda o piensa en una fantasía sexual que quieras pasar en el plan real, ponerla en práctica. ¿Qué tienes que tener en cuenta? Te doy algunas ideas: quién participará, donde se hará, material que necesitarás, ambiente más adecuado (luz, temperatura, …), … Si cuentas con alguien para hacerla realidad ¿cómo se le plantearás? Recuerda la responsabilidad y asertividad sexual ¡son imprescindibles!


 

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