Explicar las fantasías sexuales en la pareja es una manera de aumentar y mantener el deseo sexual entre vosotros. En una relación se comparte tiempo, espacios, expectativas y deseos, pero a menudo pasa que el deseo sexual va disminuyendo, pasa en un segundo plano. Una de las soluciones, la encontraréis en vuestra imaginación.
¿De qué manera aprovechas la excitación que te pueden producir tus fantasías sexuales? Como pareja ¿os explicáis vuestras fantasías sexuales? ¿Construís las fantasías sexuales entre los dos?
Es muy común que las parejas estables reconozcan una disminución del deseo sexual. Y es uno de los motivos de consulta más común. Pero la dificultad no se encuentra en la disminución en sí, sino en la manera como cada uno de vosotros entiende el deseo sexual y qué hace para activarlo, mantenerlo o potenciarlo.
Una de las culpables más señaladas por la disminución del deseo sexual, es la rutina. Pero no tiene tanto que ver con ella como que damos los encuentros sexuales en pareja por hechos. Las fantasías sexuales son un recurso que, bien utilizado, pueden ayudar a aumentar vuestro deseo sexual.
¿Cómo explicar las fantasías sexuales a la pareja?
Todos tenemos fantasías sexuales, con mayor o menor frecuencia y más o menos explícitas, pero todos tenemos. Y las fantasías sexuales en solitario, son sin lugar a dudas, uno de los accesorios sexuales más utilizados: no tienen tiempo, normas, no hay que llegar a un acuerdo, son secretos… Si nos sirven a solas, ¿por qué motivo no nos tendrían que servir con la pareja?
Las fantasías sexuales nos dan la posibilidad de viajar a cualquier lugar, de cualquier manera y con quién nosotros decidimos. Son una expresión de libertad, de placer, porque los tabúes y normas sociales no existen. Ni siquiera tú habrás podido evitar imaginar alguna situación que no te ha resultado agradable o adecuada cuando has vuelto a tener los pies en el suelo.
Compartir el contenido de las fantasías sexuales es una decisión personal y, a pesar de que te decidas a explicarlas, no significa que se tenga que compartir todo. Limítate a hacerlo con aquello que te haga sentir cómodo y a lo que te permita obtener lo que pretendes.
Evitad pensar que todas las fantasías sexuales representan
. Hay parte de ellas que si, pero seguramente no todas. Ya sea porque no tenemos suficientes habilidades, capacidad o tienen algún punto poco moral.
Pero lo más importante es dejar de pensar que las fantasías sexuales de la pareja son fruto de las carencias que se tienen respecto a la relación o la pareja. Si crees que es así, es más recomendable poner en práctica vuestra asertividad sexual y contrastarlo, antes que evitar hablar y cerrar la puerta a aprovecharlas en vuestro beneficio.
Explicar las fantasías sexuales a la pareja para ponerlas en práctica
Explicar las fantasías sexuales a la pareja puede no ser fácil, sobre todo si creemos que puede romper esquemas ya construidos. Estos esquemas pueden ser la imagen que creemos que la pareja tiene de nosotros, los equilibrios establecidos en la relación o los roles… En resumen, querer preservar la idea que tiene nuestra pareja de nosotros en el mundo real y sacrificar la posibilidad de jugar y explorar en el imaginario.
Las fantasías sexuales, en este contexto, pueden ser de dos tipos. En cualquiera de los dos casos, se trata de cómo se plantean las diferentes situaciones, de cómo se comparten las historias y situaciones a partir del diálogo entre vosotros:
- Anticipatorias: el relato o situación tiene que ver con lo que se prevé que se hará con la pareja. Es una construcción y elaboración de lo que se pretende hacer, poniéndolo en común entre vosotros y añadiendo y negociando los detalles que queréis que estén presentes. Son diálogos en los cuales os podéis decir: “Cuando llegue a casa te desnudaré” “Te gustaría que te hiciera esto?”, …
- Exploratorias: son las situaciones, utensilios, juguetes, momentos, … que se proponen a la pareja para explorar de manera conjunta. Puede ir desde acordar comprar un juguete erótico yendo juntos a un sex shop, pasando por acordar recrear alguna de las fantasías sexuales, hasta visitar un local de BDSM o un club swinger para hacer un intercambio de parejas.
Espontaneidad y deseo sexual: no es una buena combinación
Esperar a que las cosas que deseemos pasen. Incluso que nuestro deseo sexual se active cuando nosotros queramos o, incluso, activar el de nuestra pareja cuando así lo decidimos.
Es necesario sacarnos de la cabeza la idea que el sexo tiene que ser espontáneo o debe surgir fruto de la pasión o la atracción que se siente por la pareja. Cuando se funciona así, a menudo es cuando se deja de tener sexo o, todavía peor, el sexo pasa a ser motivo de conflicto e insatisfacción.
Explicar las fantasías sexuales a la pareja es una manera de seducir, de saber más sobre el otro y conocerse mejor. Son una oportunidad para jugar, para desafiar la pasividad, para perder la vergüenza y para dejar paso a la novedad en la sexualidad en pareja.
Las fantasías sexuales no pueden sustituir la realidad, porque pertenecen a otro plano. Pero sí que pueden contribuir a la sexualidad de la pareja, a aumentar el deseo sexual, la intimidad y la conexión: pueden fomentar el amor y la confianza entre vosotros.
La comunicación, compartir, jugar y elaborar la sexualidad entre vosotros es lo que os ayudará a mantener el deseo sexual. Muchas veces se recomienda comprar juguetes, pero estos no aseguran el éxito. Pasa igual que con la cuota del gimnasio: que te apuntes y pagues cada mensualidad, no significa que tengas intención de hacer deporte. Por eso, tener un cajón lleno de juguetes tampoco significa que los vayas a usar. Hay que encontrar la manera de movilizaros: de aumentar vuestro deseo sexual.
Comprender que explicar las fantasías sexuales a la pareja puede ayudar a recuperar el deseo sexual, puede ayudar a la vez a saber que espera nuestra pareja de su sexualidad y de la sexualidad en pareja. Elaborar y compartir fantasías sexuales estimula el deseo sexual, porque si no imaginas qué quieres, ¿cómo puedes llegar a desearlo?
Los encuentros sexuales entre vosotros tienen que estar marcadas por el deseo sexual. Porque no es más importante sentirse amado que sentirse deseado. No se trata de escoger, sino de encontrar vuestro mejor equilibrio.
Las fantasías sexuales os pueden ayudar a experimentar experiencias únicas con la persona con quien habéis tenido innumerables relaciones sexuales. Las posibilidades de jugar, explorar, inventar… no os las podréis acabar si os abrís a incorporar nuevas maneras de explorar la sexualidad.
Dedicad tiempo a la ilusión, a anticipar los encuentros sexuales, a excitaros sin tener que tocaros.
¡Pasa a la acción!
Hablad de los últimos encuentros sexuales: de lo que os gustó, de lo que querríais repetir, de cómo os sentisteis. Compartid la experiencia y las sensaciones que experimentasteis. Cuando lo tengáis, pensad en las fantasías sexuales anticipatorias y exploratorias: ¿qué incluiríais en vuestro próximo encuentro sexual? Preparadla, proponed y construid cómo será.
